La novena edición de MicroFeria de Arte de Rosario 2025 reunió a 32 galerías y espacios de arte de todo el país en el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC). Durante cuatro días del mes de junio, cerca de veinte mil personas recorrieron el evento y participaron de diferentes actividades. En un escenario privilegiado, participaron más de 120 artistas de galerías seleccionadas de Santa Fe, Salta, Buenos Aires, Chaco, Tucumán, Córdoba y La Rioja; y el eje curatorial de este año fue "Idiosincrasia".
La MicroFeria tiene una particularidad en su modalidad, los espacios son compartidos entre dos galerías. Para postularse hay que hacerlo como galería anfitriona, pero implica invitar a otro espacio de arte a compartir el stand. “Esto hace que se genere un encuentro muy lindo, basado en la confianza y el reconocimiento mutuo”, comentó Roberto Echen, curador de la feria. Otras de sus características fue dedicarla al pequeño formato y distribuir el espacio en dos hileras de stands sin paredes de fondo, de esta manera, los espacios estuvieron conectados unos con otros y el recorrido podía hacerse con facilidad.
Chorizo (Chaco) + Moiras (Rosario)
Proyecto que reflexionó sobre la idiosincrasia desde dos territorios conectados por la experiencia urbana y la tensión entre identidad y representación. Ramiro Guillén presentó, desde Resistencia, sus características figuras urbanas tatuadas y alejadas de los estereotipos que se asocian a esa provincia. Por otro lado, el rosarino Maximiliano Venturini exploró la fragmentación del yo en la era digital entre apps de citas y multiplicidad de personalidad, “¿cuántos yo existen?”, se pregunta. El stand tuvo un diseño original, cerrado con telas en forma de cubos, subdividido por paneles que proponían un recorrido que remitía a un laberinto.
Grasa + MCMC + Herlitzka + Co (Buenos Aires)
Se pudo ver una propuesta en torno al erotismo, el color y el pop. Como excepción fueron tres espacios, con dos artistas históricos y uno contemporáneo que toma a los anteriores de referentes. Grasa exhibió a Torcuato González Agote, con pinturas de fragmentos del cuerpo relacionados con el sexo: pechos y penes. Desde MCMC, Eduardo Costa aportó sus pinturas volumétricas, donde la sensualidad se vuelve forma e invita al tacto. Herlitzka + Co presentó Frozen Sex, una serie de pinturas que exhibe en primer plano los órganos sexuales monumentalizados, creada por Marta Minujín en 1973 durante su estadía en Washington D. C.; y que fue censurada en aquellos años por la dictadura militar. Minujín relató que los colores utilizados en las obras son una referencia a la coloración de los embutidos, el jamón y la carne congelada. Los falos y las vaginas se presentan así como objetos que podrían encontrarse en los estantes de los supermercados, listos para ser consumidos.
Rusia + Consultorio (Tucumán)
Estas propuestas aportaron una mirada de la idiosincrasia de las artes visuales tucumanas que, “sin museo competente ni mercado boyante, ha forjado en más de cuarenta años una genealogía parainstitucional”, explican los directores. La producción no persigue fines comerciales, sino otros más experimentales, ligados a lo precario e inestable. El proyecto curatorial despliega cuatro artistas, los primeros dos de Rusia y los siguientes de Consultorio. Por un lado las esculturas de sal de Sofía Noble, que emplea la sal doméstica como signo de lo cotidiano y lo sagrado; y las maquetas con cartón y materiales escolares de Rodro, entre la escultura y la instalación, surgen a partir del relevamiento de la arquitectura rural. Por el otro, los paisaje de Sofía Casadey, que combinan arcilla de diversos suelos, tallas y transferencias fotográficas, y finalmente Inti Soria que atraviesa un sincretismo a través de lo religioso y se vale de la pintura para plasmar las distintas referencias a cultos sagrados.
Jamaica ATR Gallery (Rosario) + Moria (Buenos Aires)
La propuesta planteó la cuestión identitaria de ser argentinos como un loop infinito de situaciones políticas y sociales, donde los vínculos afectivos, laborales y artísticos son los que nos impulsan hacia adelante. En el espacio se pudieron apreciar esculturas en madera de Orlando Belloni, que pertenece a Jamaica ATR Gallery y pinturas en acrílico con aerógrafo de Guido Contrafatti, presentadas por Moria. Las imágenes hacen referencia a la historia de la pintura y comparten un clima melancólico. Sus obras emergen de una red de vínculos con sus maestros (como Grela y Harte) y de los saberes adquiridos en sus ámbitos laborales; Belloni como mecánico, dibujante y carpintero, y Contrafatti como escenógrafo, montajista de cine y herrero. La reinterpretación de Sin pan y sin trabajo de Ernesto de la Cárcova que realizó Contrafatti, con una apenas perceptible yuxtaposición de Manifestación de Berni, fue uno de los trabajos que más llamó la atención en la feria y fue rápidamente adquirida por un coleccionista privado.
La feria también contó con actividades paralelas como la imperdible visita a Berni Infinito en el Museo Castagnino. La muestra que conmemora al artista a 120 años de su nacimiento, reúne obras claves y material de archivo que reconstituye su legado. Permite apreciar su experimentación con distintas materialidades desde sus inicios hasta la consagración nacional e internacional, como creador comprometido y visionario.
Con suspenso, lágrimas y aplausos se realizó la entrega del Premio Pascual Construcciones, que adquirió tres obras de dos de las galerías participantes para donarlas a la colección pública de arte contemporáneo del Museo Castagnino+macro. Un jarrón de cerámica Sin título, de Federico Lanzi, artista representado por María Casado Home Gallery (Buenos Aires); y las obras Flor y hongos manifestantes y Flores manifestantes de Gustavo Piñero, representado por la galería Un muro (La Rioja).
También Abel Guaglianone y Joaquín Rodríguez hicieron entrega del Premio in situ y las galardonadas fueron dos artistas mujeres: Sofia Noble de Galería Rusia (Tucumán) y Sofía Desuque de Espacio Barraco (Rosario). Ambas recibieron un incentivo de quinientos mil pesos, para seguir desarrollando su producción artística.
Con más de un centenar de obras vendidas cerró esta novena edición de la MicroFeria de Rosario, que será recordada más que por las ventas, por las interesantes y originales propuestas de los artistas y el gran caudal de público que la visitó.