El dúo de artistas argentinos habla de la tensión creativa, la Inteligencia Artificial, lo ridículo del espectáculo y su posición política en el arte contemporáneo.
No fue la foto-periodista que capturó la escena, pero sí la artista que supo crear puestas con otro relato de la historia moderna para insertar la fotografía en el discurso del arte.
Del acto de robar como acción performática a la burocracia institucional de los trastornos mentales, la exploración sarcástica del comportamiento humano aparece como una constante en el artista mexicano.
El gran ideólogo del conceptualismo latinoamericano que, en su fórmula periférica de liberación contra la ortodoxia de la academia norteamericana, incorporó a las guerrillas tercermundistas.
Una entrevista única al artista alemán del grupo Fluxus, del que llegó a ser el miembro más significativo. Uno de sus mayores logros fue su enfoque radical de la socialización del arte.
Figura clave de Tucumán Arde, el artista santafecino llevó su búsqueda estética al límite en 1967, en una obra en la que coinciden geometría abstracta, juegos perceptivos y resonancias políticas.
Sus wordscapes, donde el contenido editorial se vuelve una de las tantas formas imposibles del arte contemporáneo, no trastocan el signo sino que empujan su sentido hasta la asfixia.
A modo de justicia poética, la praxis huidiza del duo establece posiciones arqueológicas y genealogías posibles en torno al patrimonio de meteoritos caídos en Campo de Cielo.
El artista conceptual habló sobre la ebullición de los años 80, sus técnicas, sus procedimientos, el cine, el dinero, Andy Warhol, Lucio Fontana, Andrei Tarkovsky y Marina Abramović, entre varios temas.
En la hora cero de la performance, el neodadaísta que entendió el arte expandido de sus límites, tomó un conejo sin vida como metáfora del acto humano de pensar.