Más allá del evidente espíritu lúdico y surrealista, se observa una notable impronta formal en la escultura del dandy entrerriano, y la preocupación intrínseca del artista por la geometría y el espacio.
Artista argentino que hace más de una década articula su carrera entre Buenos Aires y San Pablo. En sus pinturas juega a ser un viajero del siglo XVII que descubre un nuevo continente y se propone representar la naturaleza que lo rodea.