Es uno de los murales menos conocidos del gran pintor de La Boca. La escena, de atmósfera oscura, muestra unos buzos rodeados de peces que trabajan en un mundo onírico y subacuático.
Quinquela más allá de la Boca, su filiación europea, Quinquela como cineasta. Una pintura con sentido cinético, en la que se impone algo del orden de lo infernal y de la muerte.